domingo, 5 de diciembre de 2021

Como Leer

Como Leer

Cuando comenzaba mis clases de Castellano en 2º. Año de Bachillerato´del Colegio San José de Tarbes de El Paraíso, en los felices años ´65 - ´85, les decía mis alumnas, niñitas de San José de Tarbes, que ellas “no sabían leer,ni escribir ni hablar”, pero que yo las enseñaría. Esa petulancia y arrogancia era a propósito para enfrentarnos, desde el principio, porque así me prestarían más atención;  sabía que luego seríamos muy buenos amigos respetándonos mutuamente, como en efecto sucedía.

Por cierto una de esas niñitas (que ocupó y sigue ocupando cargos de la más alta responsabilidad en el campo educativo y empresarial, con total éxito y acierto, a quien no puedo nombrar, porque no tengo su permiso), en la primera clase, después que yo hice mi afirmación, pregunté que quién quería leer. Al instante levantó la mano, de una manera desafiante, como yo quería (pues siempre me gustó “pelear” de una manera culta, respetuosa y educada…),”Yo, profesor”.

Me hubiera gustado que leyera en el libro de Castellano –(uno de los mejores, el de mi gran amigo y colega, Oscar Sambrano), pero como era la primera clase, el único que tenían para leer era el libro de Historia Universal de mi otro gran y admirado amigo Áureo Yépez Castillo.

Una niñita me prestó el libro de Áureo;  busqué lecturas, que siempre ponía el gran maestro pera hacer más instructivo , a la vez que ameno su estudio, y encontré uno de Roma. Le dije a la niñita, que leyera dos largos párrafos de la historia de Roma: época de reyes, fin de la monarquía y comienzo de le res-pública… La niñita hizo una lectura impecable en la pronunciación, altura de voz, énfasis en algunas cosas, etc. Le señalé el fin de la lectura, y ella se quedó, parada desafiante, como diciendo: vamos a ver qué dice este petulante y odioso tipo.

Entonces yo le pregunté a algunas niñitas que cómo había leído su compañera. Todas dijeron que muy bien, buena entonación…etc.

Entonces yo le pregunté a la niñita lectora ´¿Podrías tú NN hacerme un pequeño resumen de lo leído?”. Nunca olvidaré su cara de sorpresa y rabia (las rabias de esas niñitas eran inocentes, no peligrosas) Ni idea, no pudo articular palabra: pendiente de la pronunciación, del desafío, de la entonación, etc….no recordaba nada. Entonces yo, que iba preparado, saqué un librito en alemán (idioma que ignoraba e ignoro en absoluto, sé leer algo pero no entiendo nada)…y leí más o menos bien, pero no entendí absolutamente nada. Entonces saqué mi conclusión: no sabía leer, porque leer bien. supone entender lo que se lee, no articular sonidos, por perfectos que sean.

Esta larga, y a lo mejor fastidiosa historia, sirve para lo que quiero señalar en la lectura de un libro: NO TODOS LOS LIBROS SE PUEDEN LEER DE LA MISMA MANERA.

Principalmente las narraciones , cuentos, novelas, etc. son las que se leen desde el principio, seguido, hasta el final, normalmente, sin saltar de un lugar a otro, a menos que el lector lo necesita para concretar algo, perdido u olvidado.

De las novelas que tengo ante mí están:

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COLERA (350 págs.)   y  CIEN AÑOS DE SOLEDAD 494 págs.)     por citar dos de las novelas de Gabriel García Márquez… no tienen capítulos ni índices…hay que leerla de principio a fin. Lo mismo que el resto de su narrativa. Como no tengo a la mano sus otras obras, puede que alguna tenga algo que amerite la paginación, pero no recuerdo ninguna, y las he leído todas.

Travesuras de la niña mala (375 págs.)  - El sueño del celta (450 págs.)por citar también dos de las novelas de Mario Vargas Llosa, no tienen capítulos ni índices…hay que leerla de principio a fin. Lo mismo, estoy casi seguro,  que el resto de su narrativa.

 

ALTA TRAICIÓN  de Alberto Barrera Tyszka  es un libro de 240 págs. Que reúne unos 110 artículo. relatos cortos por lo que tiene un índice de tres páginas con el nombre y “ubicación” del artículo-relato, de modo que se puede leer de otra manera, pero buscando en el índice lo que se quiere o pretende leer.

 

              La conclusión es que APUNTES DE UNA HISTORIA DE LA CULTURA  no se puede leer desde el principio, sino desde el índice, al final, pues lo escrito allí, de una manera o de otra, ya lo sabe toda persona medianamente culta, pero, o lo ha olvidado o lo quiere repasar.

Por ejemplo, la primera parte (desde la prehistoria y Grecia y Roma hasta La Edad Media) fue estudiado y a lo mejor, olvidado; pero lo puede traer  al presente, pues como dice San Agustín: solo hay presente: el pasado lo hacemos presente por el recuerdo y el futuro lo hacemos presente por la expectativa que tenemos de lo que puede suceder  

Los Apuntes… en este caso, hacen recordar cosas valiosas, al aplicar lo leído  al presente; y a la vez el futuro se hace presente por el interés que tenemos hoy de lo que puede pasar después. Por eso es bueno saber lo de las 2 Guerras Mundiales, el conflicto árabe israelí, el fin de la Unión Soviética, eso y otros hechos parecidos son vistos, no como historiador, pues no lo soy, sino como lingüista, con buenas “herramientas”: estudios de latín, griego y Cambio Lingüístico, recopilador de informaciones para sacar conclusiones, y ayudar a otros a sacar las suyas, que no necesariamente tienen que coincidir.

O sea : hay que leer los APUNTES…desde el final, donde está el índice,  a ver qué es lo que, a cada lector, puede aportar o ayudar a estudiar: Los APUNTES NO SON UNA NOVELA.

 

Para terminar quiero comentar algo que tiene que ver con  una novela escrita por Camille de Blois, quien fuera alumna mía, primero porque me gustó: tiene un “formato- presentación  muy personal e innovador, el tema es además muy “fresco” y juvenil y , aunque ella n la dedicatoria a su hermana Daniela, dice: “A mi hermana Daniela por creer siempre en mí y en todas mis locuras”, no son locuras lo que narra, son vivencias frescas, tiernas sencilla…un modelo de literatura para jóvenes.

Y segundo también me gustó, aunque no sé si influyó en eso (no lo creo porque la novela es buena) la dedicatoria de ella cuando me la envió desde Madrid, recién “hecha”:

A mi profesor Germán Flores con muchísimo cariño, porque hoy veintimuchos años después, esta alumna recuerda  con nostalgia al profesor que, tal vez sin querer, sembró en ellas las ganas, el gusto y la magia de la literatura.

Espero que disfrute de esta “locura mía” tanto como yo disfruté en escribirla”. Un abrazo fuerte y gracias.